No tiene nombre. Ha nacido ahí, en la fuente. Con tantísima lluvia el agua ha desbordado y el río se ha abierto cauce por un terreno que poco tiene de natural: las calles que bajan desde el alto en que está el manantial hasta la zona más baja de la ciudad. ¡Quién lo diría el año en que llenar allí una botella de agua llevaba, por lo menos, diez o quince minutos! Ahora, en un minuto, llenas la botella y te das un baño.
Merecía un nombre. Le hemos llamado el Río de la Fuente.
un nombre muy apropiado y bien puesto. imágenes como esta deberían multiplicarse por todo el planeta para alejar el fantasma de "la guerra por el agua" que según algunos se llevará a cabo por países con una sequía extrema.
ResponderEliminarbesos.
Sí, pero no es habitual ver así la fuente. Lo normal es que el agua no se salga del receptáculo inferior.
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